Antes y después
Antes: Antes: compartimentación excesiva, pavimento heterogéneo y cocina cerrada. Después: continuidad espacial, suelo en espiga y cocina abierta con piedra veteada.
Trabajos realizados
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Demoliciones interiores y unión de cocina y salón con refuerzo de dinteles no portantes.
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Puertas correderas a medida con cuarterones de madera y vidrio traslúcido para compartimentación flexible.
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Instalación de suelo de madera/laminado en espiga tono roble claro con rodapié lacado.
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Cocina abierta con frente y encimera en porcelánico imitación piedra veteada; península de apoyo al comedor.
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Recuperación de elementos de carpintería existentes como detalle decorativo en pared.
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Climatización por conductos con difusores lineales integrados en falso techo.
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Nueva instalación eléctrica y de iluminación: focos empotrables latón, lineales LED bajo mueble y lámparas colgantes en comedor.
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Alisado de paramentos y pintura plástica mate en blanco cálido; textiles a techo para control solar.
Materiales y acabados
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Pavimento: roble claro en espiga (AC5/tablilla encolada).
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Carpintería interior: correderas de madera natural con vidrio traslúcido.
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Cocina: mobiliario lacado blanco, encimera/antepecho porcelánico veteado, herrajes ocultos.
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Iluminación: focos empotrables latonados + lineal LED; regulación cálida.
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Pinturas: plástica mate lavable; zócalos y molduras en blanco.
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Textiles: cortinas de caída continua, visillo y opaca.
Resultado
La vivienda gana continuidad y luminosidad gracias a la integración cocina-salón y al pavimento en espiga que unifica todo el espacio. Las correderas a medida permiten jugar con la privacidad sin perder luz. La climatización por conductos y la iluminación en capas elevan el confort diario.

